Ni Anaya, ni Obrador, ni Mead

Marzo 16, 2018

*Alfonso Polanco Terríquez

Algo que debemos tener presente desde ahora: ni Ricardo Anaya, ni López Obrador, ni José Antonio Mead tienen una varita mágica para resolver los problemas del país, principalmente los vinculados al incremento de la violencia y la mala calidad educativa.

Ni uno de ellos por el simple hecho de llegar al poder cambiarán de la noche a la mañana una ideología cimentada durante varias décadas, no podrán transformar a un ciudadano, a trabajador, optimista, sincero, honesto, responsable, tolerante, perseverante, detrás de cada uno de nosotros hay una historia de vida, una educación.

El cambiar de mandatario se ha observado desde hace décadas no es la solución. En los hechos ha quedado demostrado que el tiempo de educación que se oferta a los educandos, no es el deseado por la sociedad, más sí para la élite en el poder y los partidos políticos que se ven beneficiados con el modelo reproductivo de ignorancia y fanatismo.

Ni Anaya, ni Mead, ni Obrador, tienen un recetario para convertir a la clase política en eficientes, eficaces, responsables, más sí los ciudadanos mandamos al Congreso de la Unión los mejores elementos - legisladores que sean ejemplo, para que el ciudadano no encuentre modelos de corrupción- quienes junto con el Ejecutivo Federal podrán poner un alto a la corrupción y la impunidad aplicando la ley.

También debemos comenzar con el cambio desde el hogar, desde uno, rectificar el tipo de educación que se da desde la familia a los hijos, por eso es necesario una reflexión de lo que se ha perdido y cambiado, por citar: hace algunos años el transitar en bicicleta, motocicleta exigía ciertas cualidades, si no se sancionaba o se procedía a retirar este tipo de vehículo de la circulación.

Hace algunas cuatro décadas nos tocó ver que las camionetas de vialidad o patrullas, cargadas de bicicletas o motocicletas, eran recogidas a su propietario por no traer placas, luces o timbres. Inclusive era raro ver algún ciclista o motociclista transitar en sentido contrario o utilizar las banquetas, había por parte de los rodantes respetos.

En la entidad contamos con una ley de movilidad, en la realidad es obsoleta por su falta de implementación. Es necesario que la Secretaría de Movilidad que ha demostrado en los hechos estar interesada en la temática, lleve gestiones con los diversos ayuntamientos para el cumplimiento de la ley, para proteger a los peatones, ciclistas y motociclistas.

La funcionaria debe hacer consciencia en sus elementos para que se pongan a trabajar, y cuando alguien infringe la ley o pone en peligro la vida de los ciudadanos apliquen el reglamento, no como ha sucedido con el agente “águila 2,” que ha observado en detenidas ocasiones que conductores arremeten contra ciclista o motociclista y solo sonríe, eso sí, es bueno para levantar infracciones a vehículo estacionados.

Hoy, la falta a la ley de vialidad es común: pasarse los señalamientos, no respetarlos, esto va en aumento. Si las autoridades no detienen esta situación habrá incremento de accidentes contra rodantes. Es notorio el aumento de ciclistas en la zona conurbada Colima-Villa de Álvarez producto de contar con más ciclo vías, del trabajo de varios políticos por hacer conciencia de hacer deporte y buscar otros medios para transportarse a la escuela, al trabajo o al súper.

Colima tiene todo, máximo la zona conurbada para convertirse en ejemplo nacional de que los empleados se trasladen a sus fuentes de trabajo, estudiantes a sus escuelas, o se haga ejercicio a través de una bicicleta, solo es cuestión de que las autoridades de los tres niveles de gobierno trabajen de manera coordenada, esto disminuirá la obesidad, enfermedades, siempre y cuando se proteja a los ciclistas.

El pueblo ha tomado en serio en transitar en bicicleta, por lo tanto, se deben incrementar mayores medidas de protección a los rodantes cuando transitan, pero también estos han de respetar las indicaciones de vialidad. También algo que ha ido en incremento es el número de conductores con celular en la mano ¡Ojo, autoridades! Más notorio en mujeres y conductores de servicios, en estos últimos de manera exagerada.

Es urgente que el Congreso Local, la Secretaría de Movilidad así como sus similares en los municipios dote o apoyen a rodantes (bicicletas o motocicletas) en una primera instancia, la compra de casco y chaleco y posteriormente quien no lo traigan sea debidamente infraccionado, eso es por el bien de todo. Hasta la próxima.

ALFONSO POLANCO TERRIQUEZ