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COLABORACIONES

GRANDES ESPERANZAS:

Octubre 10, 2017


No modernicemos vialidades para que sirvan como canales pluviales. El agua de lluvia debe ir por debajo, no sobre las calles.



Adalberto Carvajal



Muchos de los villalvarenses que votaron por Yulenny Cortés para alcaldesa no lo hicieron porque siempre sufraguen por el PAN, postule a quien postule el blanquiazul. Y tampoco porque la oferta del PRI, Oswy Delgado, les pareció poco seria. Sinceramente, vieron en la entonces diputada local a una política experimentada que prometía grandes realizaciones.

La expectativa era alta, basada en su desempeño como legisladora federal y congresista local. A su paso por San Lázaro, por mencionar algo, Yulenny bajó para el municipio de Villa de Álvarez millonarios recursos que ayudaron, entre otras cosas, a transformar la carretera a El Espinal en una importante vialidad que hoy facilita el acceso a los incontables desarrollos inmobiliarios que se han ido abriendo hacia el poniente.

Basta trazar una línea sobre cualquier plano de la zona conurbada para constatar que no hay muchas arterias que fluyan de un extremo a otro de la mancha urbana, en la dirección que sigue el sol.

Como transversal a tres vías amplias (las avenidas Benito Juárez y Pablo Silva además del libramiento Griselda Álvarez), la Niños Héroes y su prolongación 5 de Mayo (que, ya en la ciudad de Colima, se transforma en una calle del mismo nombre y luego en Zaragoza) tendría que ser modernizada en un futuro para cumplir las funciones de un eje vial oriente-poniente.

Personalmente, pensaba que Yulenny sí entendía la importancia de agilizar el flujo vehicular, algo que la autoridad estatal no comprende porque, de acuerdo a su organigrama, parece concebir el tema de movilidad simplemente como transporte.

Y asumí que le daría continuidad a los proyectos iniciados por la administración de Enrique Rojas: probablemente no la homologación de la fisonomía urbana en el centro histórico, pero sí a la continuación de la J. Merced Cabrera a cuatro carriles, más laterales; otra avenida cuyo destino es facilitar la comunicación de los numerosos fraccionamientos que se están abriendo sobre la carretera VdeA-Minatitlán, además de agilizar el acceso al recinto ferial y al hospital del IMSS.

Esta infraestructura ya se inició afortunadamente, como arrancó también la pavimentación de la avenida Benito Juárez. No obstante, por motivos que sospecho electoreros (hacer coincidir estos proyectos con el proceso comicial que podría llevarla a su reelección) Yulenny dejó pasar sus primeros meses sin iniciar obras en materia de vialidad.

OBRAS PÚBLICAS:

Había algunas urgentes que no requerían grandes inversiones, como recortar el camellón sobre la avenida Enrique Corona Morfín (antigua carretera a Comala) a la altura de la avenida Real Bugambilias.

Como sólo hay acceso para quienes usan el carril sur, quienes se aproximan por esa arteria que terminó de abrir el alcalde anterior, transitando por el carril norte, no pueden doblar hacia el sur sin tener que subir hasta a la glorieta de Los Perritos Danzarines para luego retornar.

Sin la apertura de ese crucero, la Av. Real Bugambilias no ayuda a desahogar el Paseo Miguel de la Madrid ni permite desfogar el tránsito de todas las colonias ubicadas dentro del perímetro que va de la prolongación Hidalgo a la Enrique Corona Morfín, y del tercer anillo periférico a la avenida María Ahumada de Gómez.

La congestión vehicular creada por las obras de remodelación de la avenida Ayuntamiento y, ahora, por el levantamiento del pavimento en esa misma arteria, se habría solucionado fácilmente con un crucero funcional en esa T que forma la Real Bugambilias con la Corona Morfín.

Pequeña inversión también era la que se necesitaba para remover las decenas de topes que hay por todas las avenidas y pares viales de Villa de Álvarez, que son innecesarios: en las calles con huellas de rodamiento, la irregularidad del piso marca los límites de velocidad; en otras vialidades, hacer alto obligatorio y ceder el paso a un vehículo al llegar a una esquina, restringe naturalmente la velocidad.

En realidad, los excesos de velocidad se controlan con patrullaje. Pero en muchos años de observar lo que pasa en las calles de la Villa, nunca he visto a un agente de la Policía Vial que se detenga siquiera para infraccionar al vehículo que, parado donde hay línea amarilla, cerca de la esquina, impide la visibilidad a los conductores que salen desde una vía secundaria a una avenida muy transitada.

Y ejemplos de ellos son la bocacalle del corredor Miguel Virgen Morfín-Juan Escutia con Benito Juárez o, en ese mismo par vial, la incorporación de la calle Zaragoza a Juárez y, siguiendo por ese eje, la desembocadura de Nicolás Bravo a la Manuel Álvarez.

El colmo son avenidas como la Juárez y la Silva García que tienen semáforos y, de todas maneras, conservan los topes. Esto hace que la circulación sea lenta, cuando el ritmo de la vida moderna demanda mayor fluidez del tránsito.

Estos descuidos no le impidieron a Yulenny, ante el horror generado por un mortal choque por alcance, denunciar la falta de semáforos preventivos para los conductores que se aproximan a cruceros tan peligrosos como el del Paseo de la Madrid y avenida Ayuntamiento, como una irresponsabilidad atribuible a la autoridad que tiene jurisdicción sobre el anillo periférico: el Gobierno del Estado o la SCT.

LOS MUROS DE AGUA:

Temiendo seguramente que los pedazos de pavimento que levantó el agua de una tromba en la avenida Ayuntamiento sepulten su aspiración a ser reelecta como alcaldesa de Villa de Álvarez, Yulenny Cortés explicó a cinco diputados que la llamaron a comparecer que la vialidad “será reparada a la brevedad, una vez que se tengan los resultados del laboratorio en el que se determine las causas que originaron el desprendimiento de la carpeta asfáltica”.

Como la obra aún no ha sido entregada al municipio por parte de la empresa ejecutora, CS. Construcciones de Colima SA. DE CV., a cargo de Juan Manuel Cervantes Siordia, la reparación de la arteria no le costará al erario. ¡Faltaba más!

Y aunque según la Comisión Nacional del Agua ese día se registró en la zona metropolitana una precipitación pluvial extraordinaria superior a los 50 milímetros, la edil advirtió que es la falta de colectores pluviales sobre el tercer anillo y el libramiento a Nogueras lo que está ocasionando que los arroyos de las calles se conviertan en auténticos ríos.

Yulenny anunció, finalmente, que se aprobó por parte del Cabildo una modificación en el Programa Operativo Anual (POA) para abrir un colector pluvial en la calle Bugambilias, lo que evitará futuras inundaciones o daños en la calle Ayuntamiento.

Volcada su administración a la realización de obras de infraestructura vial –ya sea por negocio familiar, como dicen las malas lenguas, o por su rentabilidad electoral– la Comuna de Villa de Álvarez tendría que revisar no sólo el POA sino los proyectos ejecutivos de las ampliaciones y pavimentaciones de las avenidas Benito Juárez y J. Merced Cabrera, actualmente en proceso.

No es posible modernizar vialidades para que sirvan como canales para el agua de lluvia. Los escurrimientos no deben ir por encima de las calles, sino por debajo. Es hora de que aceptemos que al sistema que administra la Comisión Intermunicipal de Agua Potable y Drenaje, le falta una tercera red, la del Alcantarillado.

Mi correo electrónico: carvajalberber@gmail.com. Esta columna también se puede leer en el sitio web CARVAJALBERBER: www.aacb2.com.

ADALBERTO CARVAJAL

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