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COLABORACIONES

PESO POR PESO EN SALUD

Agosto 21, 2017

Se ha tardado José Ignacio en proponerles a los diez alcaldes del estado que aporten partes iguales con su gobierno para resolver las carencias de los hospitales que la Secretaría de Salud y Bienestar Social opera en las ciudades de Colima, Manzanillo y Tecomán, donde las condiciones de trabajo son deplorables, faltan los medicamentos y el material de curación, y el equipo ni sirve ni funciona, tal como lo han denunciado recientemente unos cien médicos a los que el titular a distancia, remoto, de la Dependencia, Ignacio Villaseñor Ruiz, ha juzgado de cotón largo en los seis meses que lleva ya en el cargo.

En lugar de recuperar los cientos de millones de pesos que según los peraltistas se chingaron las pandillas silverista y anguianista de los programas federales para la atención a la salud de los colimenses, y con ese dinero mejorar el aire acondicionado de las instalaciones hospitalarias, aligerarles las cargas a los quirófanos, comprar el equipo faltante y los medicamentos para que los pacientes no tengan que gastar lo que no tienen , etc., las nuevas autoridades de la SS y BS del Gobierno del Estado también le están entrando con fe al baile de la corrupción en el que marca el paso el Director Administrativo , José Julián Martínez Barreda, el mismo que hizo una adquisición arreglada por 40 millones de pesos de tales insumos que pagó sin que estos ingresaran al Almacén, fraudulenta operación en la que está involucrado el amigo israelita de José Ignacio, Efraín Hendy Zaga.

“Tenemos año y medio sin laparoscopio para hacer cirugías de mínima invasión, que es lo que nos dice la norma, y sin embargo las estamos haciendo abiertas aumentando los días de estancia hospitalaria, los días de incapacidad del paciente, los días de recuperación (…) La cirugía de mínima invasión en 14 días ya están haciendo su vida normal y la cirugía abierta mes y medio, exponemos al paciente a que no se reincorpore a la vida normal pronto y tiene más riesgo y más dolor”, dispara uno de los médicos protestantes. Con suerte el siempre puesto y dispuesto a sacarle las castañas de la lumbre a José Ignacio, alcalde priista de Comala, Salomón Salazar Barragán, les compra el aparatito, ya ven que “en este tipo de temas tan sensibles para la población”, él no puede ser omiso y se mochará en cuanto su jefe se lo pida.

Si en el Hospital Regional Universitario “lleva seis meses sin que funcione el aire acondicionado en todo el hospital y aunque en los quirófanos sí lo hay, la temperatura a la que están laborando es de más de 30 grados cuando por norma tendría que estar a 18 grados; y señaló que incluso se ha registrado ya un brote de piojos y pulgas en el nosocomio”, sufren porque el “reactivo gobernador que no conjura las amenazas antes de que se conviertan en conflictos, y carece de capacidad de respuesta”, no le ha pedido al presidente también priista de Ixtlahucán, Crispín Gutiérrez Moreno, que coopere para que les arregle los equipos refrigerantes.

“Peso por peso” es la fórmula mágica que puede sacar del atolladero en educación, salud y seguridad, a un gobernador carente de capacidad de gestión ante el Gobierno Federal. Lástima que sólo el ratón Crispín y el rey Salomón sean el único par de aretes puestos y dispuestos a cooperar con él.

EL ACABO

• Como en todos los casos de presunta corrupción, el gobernador y sus funcionarios de la Contraloría y de la Secretaría de Planeación y Finanzas callan y otorgan confiando en que el tiempo borrará las huellas de sus trapacerías.
• Los profesores de inglés de las escuelas de tiempo completo no aguantan nada. El finlandés titular de la Secretaría de Educación, Óscar Javier Hernández Rosas, los apanicó con tan sólo informarles de las “dificultades financieras y presupuestarias que se tendrían para cubrir sus sueldos al arranque del ciclo escolar”, pero también se llevó con la finta a los nalgas prontas alcaldes de Comala e Ixtlahucán. De veras que es pillín el pelón pelonete.

JOSÉ LUIS SANTANA OCHOA

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